lunes, 21 de mayo de 2012

FIRST AND LAST (MICHAEL FRAYN)


No ando demasiado gárrula esta temporada. El final de curso se ha presentado este año de lo más borrascoso stricto latoque sensu y no consigo sacar todo el tiempo que me gustaría al negro sobre blanco. Ando ahora mismo enfrascada -y de momento, no demasiado emocionada- en Efecto noche de Reiken, que compagino estos días con el de nuevo tardío Qué Leer de mayo, donde todos Vds. pueden -¡y deben!- leer el entretenidísimo diario de viaje del siempre lúcido y certero Antonio Lozano a la muy académica ciudad de Ithaca. Por cierto que su introducción sobre la fiebre neoclásica que “afectó” a la zona en el siglo XIX me ha provisto de unos cuantos ejemplos más sobre la presencia de lo clásico en el mundo contemporáneo. Pero esa es otra historia. Si hoy abandono mi retiro, es para intentar hacerle justicia, una vez más, al siempre soberbio Michael Frayn, del que hace poco que leí First and Last

Es ésta una comedia sin pretensiones sobre la aventura de un jubilado, que decide abandonar su apocamiento y timidez vital para recorrer Inglaterra longitudinalmente, a pie y en solitario, con la única compañía de su úlcera y de los conductores, granjeros y sin-techo ocasionales que le van saliendo al paso; sobre su aventura y el efecto que en su más que escéptica y timorata familia tiene. El punto de partida es ciertamente prometedor, al menos, para esta lectora, igualmente apocada, a la que en un futuro no demasiado lejano le gustaría hacer algo parecido... Pero es que además todo ello viene envuelto en el estilo impecable de Michael Frayn, irónico, divertido y atento hasta al más mínimo detalle. Así que románticos y estilistas que en el mundo son, lean, lean First and Last.


sábado, 5 de mayo de 2012

ALGÚN DÍA ESTE DOLOR TE SERÁ ÚTIL (PETER CAMERON)


“Las pequeñas cosas, como usar correctamente el lenguaje, son lo que hace funcionar al mundo. Funcionar correctamente, quiero decir. Si no hacemos caso de esas pequeñas cosas, el caos se impondrá. Esa clase de errores son pequeñas grietas en la presa y usted cree que no importan, pero se acumulan, sus errores y los de todos los demás, y entonces sí que importan.”
Algún día este dolor te será útil
Peter Cameron
No por casualidad se cierra esta edición de Algún día este dolor te será útil de Peter Cameron (Libros del Asteroide) con una cita de Salinger, pues su protagonista, James Sveck, es heredero directo del bueno de Holden Cauldfield. Sensible hasta decir basta, más papista que el Papa, solitario e inadaptado, James Sveck se mueve por el Nueva York estival tratando de evitar la senda más transitada y vulgar, la Universidad. Si Holden se rebelaba contra la falta de autenticidad del mundo circundante, James, un punto elitista, choca contra la vulgaridad y zafiedad de sus congéneres pero sufre, sobre todo, por el enorme desajuste existente entre el pensamiento y su formulación. Y si tal es la brecha existente entre la idea y las palabras, ¿por qué molestarse en hablar? Wittgenstein dixit. De modo que se resiste a abrirse a sus divorciados y disfuncionales padres, a su diletante hermana y a su exasperante psiquiatra y, como todos los introvertidos que en el mundo son, guarda sus angustias y temores para sí y, por suerte, también para nosotros. Por suerte, digo bien, pues como narrador James es inteligente, lúcido, brillante y, curiosamente, muy muy divertido.
Algún día este dolor te será útil es una pieza brillante en su forma y conmovedora en su fondo, si es que tal distinción –la de fondo y forma, digo- existe. Al fin y al cabo, el bueno de James tiene más razón que un santo en lo que se refiere a las palabras que presiden esta entrada: el uso correcto del lenguaje hace funcionar al mundo. Y novelas como esta hacen que la vida valga mucho más la pena. Así que, ya saben, lean lean.